En el siglo XX, aparece un dominio del método
oralista en Europa y América. A partir de los años 60
se da un cambio importante en la educación del sordo. Se realizaron investigaciones sobre
Lenguaje de Signos y lenguaje oral y la influencia de la adquisición temprana del primero
en el desarrollo cognitivo y lingüístico posterior. Se concluyó que esta adquisición
temprana favorecía el desarrollo del lenguaje y del pensamiento.
El Lenguaje de Signos no debe ser un Lenguaje único, excluyente y
marginante del oral, sino un camino a la comprensión y asimilación de éste, un auxiliar
de la formación cultural, un medio válido (pero no único) de recibir información.
La polémica oral- manual continúa aún en la búsqueda de los métodos
más adecuados sobre la educación del sordo.